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Soy cotidiana, y eso para mi ya es muy importante. Desde lo común se perciben cosas y situaciones que no son posibles en otros aspectos. Me gusta el marketing, lo ejerzo y lo he llevado hasta las aulas universitarias, las cuales son mi principal complemento para todo lo demás. Los animales son otra de mis pasiones y preocupaciones. El medio ambiente y la vida en sociedad son otros temas también que ocupan mis días. Escribo por gusto no por obligación y afortunadamente encontré un trabajo en el que me pagan por hacerlo.

sábado, 18 de febrero de 2012

LA PERMISIVIDAD DE LOS MEDIOS

Cuando estudiaba Comunicación Social por allá en los noventa, si había algo que me apasionaba era precisamente el tema de los medios y toda la aproximación teórica y filosófica acerca de su influjo en la sociedad próxima al nuevo milenio. Nunca me mató trabajar en alguno aunque posteriormente lo hice, porque mis expectativas siempre se inclinaron hacia la investigación y por cosas que son tema de otro blog, terminé en el mercadeo. Aún así, desde otra perspectiva, sigo sin estar ajena a este gusto del que confieso, cada vez más me cuesta ser objetiva, será porque mi mirada es más la de un receptor común y corriente o porque inevitablemente los consumo tratando de hallar algo de qué hablar en ellos.
Lo cierto es que cada vez me indigno más, me aburro más. Pienso que el zapping me ha llevado a ser inconforme y que la aparición de Youtube anuló mi audiencia por las emisoras, que me siento más informada por Twitter que por los diarios, no sé, lo que sí tengo claro es que en un contexto donde la transparencia, la necesidad de información y la apertura mental a diferentes formas de pensar, de ser y de sentir es cada instante más latente, siento que aún los medios tratan a lo público como material de quinta y juegan peligrosamente con el imaginario colectivo de la gente.
No voy a hablar de los contenidos, es válido que haya de todo: desde el programa dedicado a chismosear la vida de la gente como el científico que le enseña a uno algo. Hay de lo banal y de lo profundo, como en la cotidianidad, como en el día a día, y los canales son libres de hacer con su parrilla de programación lo que les venga en gana porque finalmente en una sociedad global, “hay para darle gusto a todos”. Pero ojo, los medios muchas veces confunden la diversidad y la irreverencia, la polémica y la controversia, con la permisividad por el irrespeto. Desde mi óptica, ya son un irrespeto los contenidos estúpidos y poco preparados, pero hasta ahí ‘aguantan’ si se sabe que hay quién los disfrute. Sin embargo darle pie a que se juegue con el ego y la autoestima de las personas, ya eso es otra cosa.
En estos días la ‘gran diva de divas’ denominada así por los medios, más no porque tenga un talento real aparte del de hacerle la guerra al honorable paso del tiempo a punta de trampas quirúrgicas, Grisales, insultó a una participante cuando se burló de su problema de ojos y prácticamente la llamó bizca. Que esta estrella de circo sea inculta no tiene remedio, pero que el canal en su ánimo desaforado de rating permita desde sus libretos este tipo de comentarios es lo verdaderamente cuestionable. Que emisoras como Candela, Radioactiva y otras por el estilo tengan programas mañaneros poco profundos no es tan raro, pero que sus oyentes se conviertan en el objeto de burlas sexuales principalmente, sí es preocupante porque eso solo demuestra una cosa y es que quedan muy pocas personas, no sé si comunicadores que sepan hacer humor con elegancia. Cómo extraño por ejemplo sin ser lo mismo a Les Luthiers.
Hasta hace una década larguita, lo más grave ante un público lector era encontrar por ahí un gazapo, un error de redacción, hoy revistas como Soho han usado en su publicidad a una indígena en el entorno natural, desnuda y todo con sus senos caídos para decirle a sus lectores que eso jamás lo verán ahí claro, porque su promesa básica son las nenas siliconadas de curvas utópicas y perfectas. Cuando esto último sucedió yo pensaba que el más amarillista y asqueroso de todos los impresos era El Espacio, ahora pienso que lo horrendo se ha querido disfrazar de bonito, y no es que sea agradable ver un cadáver con tres puñaladas en el torso pero tampoco lo es burlase de una auténtica mujer.
La pregunta es: si los medios son permisivos con el irrespeto hacia el público en aras de sus ansias de competitividad, cómo se cuestiona entonces el mismo comportamiento de la sociedad en una calle, en el trabajo, en la vida del día a día. Estos le están mostrando directamente a la gente que es válida la burla, el irrespeto, la mala intención con tal de sobresalir en un mundo lleno de tantas opciones.