Yo
creo que uno de los temas más complicados de abordar es el amor, no
sólo porque su concepto es muy relativo y amplio, sino porque es mucho
lo que se puede decir al respecto y es tan escaso el tiempo y el espacio
que intentar resumir el más bello de los sentimientos aquí, es más bien
utópico. No sé si me he metido en camisa de once varas, pero desde el
marketing y lo cotidiano que es el amor mismo, hablaré de algunas
herramientas que pueden aplicarse en sus diferentes formas en pro de su
buena práctica, de su permanencia, aclarando que mi intención no es
darles fórmulas mágicas porque yo creo que cada quien tiene su manera y
sus propias vivencias por demás muy valiosas; lo que yo quiero
entregarles hoy es una recopilación resultado de experiencias que pueden
ser útiles y usted verá si son acertadas o no en su caso. Lo que sí es claro es que hay dos cosas que afectan mucho al marketing y al amor: el miedo (miedo a expresarse, miedo al qué
dirán, miedo a perder, miedo a intentarlo, miedo a quedarse solo, miedo
a amar...) y la falta de innovación (pensar que una vez pasa la
conquista todo está hecho y es perdurable, no preocuparse por mejorar
cada día, no progresar, entrar en la zona de confort, ignorar los
alcances de la competencia...)
Promesa Básica
En
marketing el término promesa básica refiere al cumplimiento total y
garantizado de lo que un producto o servicio ofrece a su mercado. Si yo
le prometo al consumidor que mi producto le va a quitar las canas y se
va a ver más joven, justo eso tiene que hacer mi producto, de lo
contrario es lo que se conoce como publicidad engañosa. En las
relaciones románticas y de conquista, la promesa básica es igual y
funciona de la misma manera que el marketing. Creo que el problema del
desamor, la decepción y todo lo que ello conlleva se debe precisamente
al hecho de prometer cosas que no se pueden cumplir y con esto no hablo
solamente de los juramentos como "serás el amor de mi vida", "eres el
único (a)", "siempre te amaré"; hablo de venderse en la etapa de
conquista como una persona con ciertas características y atributos y una
vez culminado el trabajo mostrar la real cara y personalidad. Considero
que esto decepciona a cualquiera y va en contra del amor, y quiero
decirle algo, sabemos que somos imperfectos, entonces hay que mostrar lo perfecto y lo imperfecto de entrada, el otro verá si lo amará y aceptará aún
así. Si usted es celoso, controlador, mamón, fastidioso, perezoso,
sensible, o lo que sea, muestre eso desde un principio. Quien se enamora
de uno, lo quiere a uno con todo (lo bueno y lo malo) y no intentará cambiarlo, una cosa muy diferente es transformarse en otra persona después de la etapa de enamoramiento.
Empaque atractivo
Un
producto en el mercado para ser tenido en cuenta y lograr preferencia
generalmente debe tener un empaque atractivo, llamativo que se podrá ir
cambiando a medida que pase el tiempo adaptándose al momento y
preferencias del consumidor. Ojo con lo que voy a decir porque no quiero
malas interpretaciones: esto aquí no se trata de ser perfectos,
recurrir a las cirugías, gimnasio y no salir de la peluquería. Por supuesto que si usted quiere hacerlo está bien, pero la gente toda la vida ha confundido ser atractivo con tener cuerpo armonioso y cara de modelo, y
por eso tenemos una sociedad miserable. Una persona atractiva es
alguien que en primer lugar se quiere como es y respira esa comodidad aún estando en pijama y sin maquillaje, pero además se preocupa por cultivar su ser interior. Es una equilibrada y sincrónica combinación
entre lo espiritual, lo intelectual y lo físico, no una o dos, las
tres. Conozco gente que una vez se casan se descuidan y no se ponen
bonitos ni dentro de casa o fuera de esta, otros dejan de estudiar, de
leer, de progresar, de trabajar. Se abandonan creyendo que ya lo
hicieron todo una vez termina la conquista y no ven que la conquista es una lucha del día a día, con una competencia que ofrece muchas cosas allá afuera (lamento decirlo pero es la realidad) tanto así que ya no tienen
un tema de interés qué compartir con su pareja y por eso dejan de ser
atractivos, dejando que la monotonía y ese querer descubrir algo nuevo
del otro se pierda olvidando que enamorarse significa también dejar que
el otro descubra siempre algo nuevo en mí, en definitiva: alguien predecible que ya no genera curiosidad o interés.
Spam Sobresaturación
En este punto caben varios aspectos desde diferentes perspectivas. En primer lugar cuando hay una conquista o un interés por alguien está bien demostrar la intención hacia el otro porque si a usted le agrada otra persona o le atrae para una relación, lo más lógico y acertado es expresar eso. Sin
embargo, es importante medir la cantidad de acciones hacia ese otro
porque pueden convertirse en saturación lo cual puede terminar en
desinterés por parte del objetivo. En mercadeo de igual forma está bien
hacer publicidad, enviar mensajes, pero
llega un punto es que es tal la cantidad que tomamos aversión hacia una
marca, en especial si invaden nuestro correo o teléfono celular con
mensajes de spam. Igual pasa con las personas, demostrar interés no
tiene que convertirse en un martirio para el otro y hay que ser claro y
contundente con el mensaje de lo que usted quiere. Insistir cuando vemos
que no hay feedback, feeling, igualdad de interés,
es clave para no volverse intenso y fastidioso, recuerde que la
atracción y el amor son de dos, no de uno, hay que aprender a leer a los
demás y entender cuándo un no es un no y un sí es un sí. Simple.
Desde otro ángulo está la sobreexposición de amor, en especial en las redes sociales (estados de WhatsApp, Facebook, Instagram, Twitter, etc). Es contraproducente realizar publicaciones cada cinco minutos o todos
los días, de lo mucho que usted está enamorado o despechado según el
caso. Está bien compartir una que otra cosa, por qué no, pero
sobreexponerse tiene consecuencias: usted cansa a las personas con el
mismo cuento y
por otro lado recuerde lo que García Márquez dijo por ahí: "el amor es
eterno mientras dura" y cuando usted se sobreexpone también corre el
riesgo de ser la burla y la crítica de todos los demás si esa relación algún día termina. Usted podrá decirme que no le importa lo que los demás piensen, y tiene razón, pero no le
dé motivos a las personas y aprenda a gozar de sus momentos desde su
privacidad pues finalmente son suyos y de nadie más, sea prudente porque
la vida es cíclica, es parte de la naturaleza y el aprendizaje humano,
pero es parte de su intimidad y a nadie más le interesa.
Y desde otro punto, hay que dejar que el otro respire, deje espacio para que lo extrañen que soltar no significa abandonar. Me da risa y me parece ridículo como algunos contenidos en Internet aconsejan a las personas cosas como: ignorar al otro, dejarlo
en visto, hacerse el interesante, el difícil, responder los mensajes
tres días después, no, eso no sirve y usted puede estar perdiendo a
alguien por actitudes inmaduras, sea porque es su pareja o porque es alguien que está dentro de sus expectativas. Cuando hablo de espacio, me refiero al hecho de dejar al otro ser en su naturaleza, en los momentos de soledad, en el espacio vital que todos necesitamos, estar solo. Hay personas que piensan que si le dan un respiro al otro lo van a perder por siempre o no conciben salir a un plan si no es con su pareja. Gran error. El valor más preciado de cualquier ser humano es la libertad y qué bueno es saber que el otro teniendo su libertad y su tiempo, elige estar conmigo.
Este concepto del marketing es uno de mis favoritos para todo. El brand sense
trabaja dos frentes importantes del ser humano: los sentidos y los
sentimientos o emociones. Por supuesto que desde una óptica muy positiva
el marketing lo ha adoptado entendiendo que todo ser humano sin
excepción tiene cinco sentidos que son una fuente de inspiración
grandiosa y emociones que son inherentes a este. Algunas marcas le
han apostado a las dos tácticas y entonces buscan ser recordadas y
atractivas desde lo visual (agradable a los ojos), gustativo (con gran
sabor y deleite), auditivo (apreciable con sonidos/ música que son
placenteros), olfativo (con olor inolvidable y delicioso) y táctil (que
puede ser tocado y genere placer). En las relaciones de pareja, desde la
etapa de conquista hasta cuando usted ya lleva años lo podríamos
aplicar así: visual (atractivo siempre, agradable que produzca
admiración al verlo. Ver lo que escribí en el aparte de empaque),
gustativo (que al saborearlo produzca agrado, aquí los hábitos de
limpieza y estética son importantes), auditivo (este es genial pues lo
asocio al hecho de que escuchar al otro sea un consuelo, un elíxir para los oídos. Cero cantaletas, cero discursos y dramas, cero
quejas, nada de insultos, siempre buenas palabras. Leer mi blog sobre
el Arte de Regalar), olfativo (no hay nada más agradable en la vida que
abrazar, besar, tocar a alguien cuyo olor es agradable. Sí, a usted lo
aman aún cuando haya comido cebollas o no se haya bañado, pero el olor es vital y créame, enamora, y es el responsable de la química entre dos, procure oler siempre bien), táctil (¿déjese tocar! ¿Por Dios!
He visto parejas que no se tocan, no se toman de la mano, no se dan un
abrazo, no permiten que el otro se acerque. Así es muy difícil mantener
la química en el amor. Si a usted ya no le nace tocar al otro, yo le pregunto: ¿Qué hace ahí?).
En
cuanto a lo emocional, no olvidemos que todas las personas sin
excepción tienen sentimientos. Por más fría que sea una persona, por más
que las expresiones de afecto no sean la principal característica de
algunos, jamás olvide que las personas sienten tristeza, alegría, miedo,
entre otras emociones.
Cuando usted está con alguien en el plan que sea, la empatía es la
mejor de las herramientas para compenetrarse con otro. Si su pareja o
potencial pareja está triste dele un abrazo, hable con ella. Si está
feliz por un logro, deje por un momento el Facebook y celebre ese
momento con esa persona; si le hace un regalo no importa lo que sea, demúestrele
gratitud, dele un beso. Las cosas sencillas forjan las más complejas,
es por eso que el mercadeo se ha venido preocupando por ver a sus
clientes y no clientes más como personas y no como números que facturan.
Usted también téngalo presente.
El ciclo de vida
El
ciclo de vida de un producto se compone de: Introducción, crecimiento,
madurez y declive. Las personas y las relaciones pasan por lo mismo.
Para las tres primeras ya escribí todo lo anterior, pero qué pasa cuando
estamos en el declive, en ese punto en que ya el producto o en este
caso, la relación, está deteriorada o en su fin. Tal como pasa en el
mercadeo hay dos caminos seguros: o usted se reinventa y vuelve a
comenzar el ciclo o le da una muerte digna a dicho producto porque hay
casos en que ya nada se puede hacer. No hay tintes medios.
Querer
permanecer en situaciones y relaciones desgastadas por el motivo que
sea es una de las principales causas de la infelicidad de la gente.
Muchos se excusan en "el tiempo que llevamos juntos", los hijos, la
parte económica, el miedo a quedarse solo... y no toman la decisión de
dar un salto a la libertad, porque les preocupa más el "qué dirán" que
su propia felicidad y se mantienen en matrimonios o noviazgos que los
hacen sufrir, enamorados de otros que automáticamente los lleva o a ser
infieles o platonizar a alguien dejando que el tiempo precioso se vaya, viendo la felicidad pasar por sus narices sin hacer nada. ¡Sea valiente! Luche si tiene que luchar por ese amor, dele un vuelco a la situación, trabaje para que funcione, ¡no se vaya sin antes intentarlo eso sí!, pero si ve que no hay nada que hacer, así usted tenga 80 años dé un salto al vacío y arriésguese porque
el miedo es el culpable de que muchos amores no se hayan podido
realizar y que muchas ideas de éxito en marketing hayan fracasado. Ojalá no deje pasar mucho tiempo.
Feliz semana para todos.