Muchos van por ahí
pensando que dignidad es lo mismo que el orgullo, haciendo y teniendo actitudes
que están muy lejos de lo que significa realmente la dignidad. Empezaré por decir
que esta es una cualidad que tiene un ser humano cuando a partir de sus
valores, propende por cultivarlos, resguardarlos y asociarlos a su integridad
como persona, por lo tanto bajo este esquema, la dignidad no es negociable, no
se transa, no se cambia por dinero, poder, posición social, interés particular
por ganarse el afecto de otros. Se tiene cuando por el contrario, nos hacemos
respetar como las personas valiosas que somos, cuando no anteponemos lo
material a nuestros principios si estos son buenos, y cuando entre otras cosas,
sabemos retirarnos a tiempo de situaciones que no nos brindan respeto, afecto,
armonía, paz.
Es saber decir
no a aquello que nos ofrecen o nos proponen a cambio de ser quienes no somos,
es decidir cuándo dejar de discutir con quien no vale la pena hacerlo, es irse
sin temor a lo que otros piensen o a quedarse solo, de aquellos lugares y personas
que no valoran lo que les damos, también es rechazar cualquier intento de
soborno, propuesta deshonesta o negocios turbios de los que no podemos hacer parte
porque de entrada sabemos que va en contraposición a nuestra esencia.
Eso es tener
dignidad y no orgullo, porque este último es otra cosa: tener orgullo es pensar
que somos más que otros porque nos sentimos merecedores de muchas cosas sin
haberlas trabajado, es creer que humillando a otros, siendo groseros, altivos y
rencorosos, vamos a ganar mucho. Qué falacia más grande, si es el orgullo el
que tiene dividido al mundo, es el que te separa de las personas que amas, es
el que te ha hecho perder la oportunidad de ser feliz, porque quien es
orgulloso solo puede exhibir la presea de su falso estado de importancia, pero
en el fondo solo lleva tristezas y arrepentimientos que no le dejarán dormir.
No se deja de ser
una persona digna por pedir perdón o admitir que se ha cometido un error, ni se
pierde por reconocer que te equivocaste como el ser humano que eres, como
tampoco se pierde por expresar un sentimiento o decirle a otro tus sueños, tus
expectativas o lo que te hace sentir mal. Al contrario, una persona con
dignidad siempre podrá desde sus propias fragilidades salir libre al mundo sin
deberle nada a nadie y mostrar que es alguien valioso porque le da prioridad a lo
que irradia su alma por encima de lo que otros puedan opinar.
Las empresas,
pasando por un momento a este escenario, deberían procurar trabajar por construir
su propia imagen desde cualidades como la dignidad, conformando equipos de
trabajo con personas honestas y transparentes, de esas que sí se encuentran y
tienen además de su talento un cúmulo de características buenas como seres humanos. Si bien es cierto, estar a la vanguardia tecnológica o tener una
infraestructura robusta y llamativa son elementos interesantes, no son estas
cosas las que hacen de una organización un entorno bien constituido y de gran
futuro. Es momento de dejar de pensar que los líderes son quienes llevan a
otros desde el poder por un camino trazado de objetivos puestos solo en el
éxito comercial o de un mercado; por supuesto que es válido perseguir metas organizacionales
y de posicionamiento que favorezcan las finanzas y propósitos desde esta
óptica, pero no hay que olvidar que este mundo necesita cada vez más de
transformaciones de tipo social que desde lo humano, realmente cambien la vida
de la gente y de las naciones. Por lo tanto un ladrillo más o uno menos, una
máquina costosa o una más artesanal y un despliegue publicitario y de
comunicación, no serán, créanme, los que van a hacer que una empresa se mantenga
en lo que a futuro viene.
Trabajar con
base en las personas y su dignidad, no deberá ser un tema para tomarlo a la
ligera o como una tendencia para “parecer” que somos lo mejor. Hay que serlo. Y
la dignidad es algo que se ha de exigir y plantear como uno de los pilares para
construir esa transformación. Si seguimos pensando que ser dignos es actuar
como los intocables o favorecer solo a quienes se muestran indestructibles, le
estaremos dando paso a más miseria e inestabilidad de la que ya hay en este
mundo.
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