Decir gracias no debería ser simplemente una palabra que por educación debe pronunciarse obligatoriamente cuando alguien hace algo por nosotros. Más allá de ser agradecidos por todo lo que tenemos, lo cual está muy bien, la gratitud es la manera, es la forma como actúas con aquellos que algún día te dieron algo: su tiempo, su amistad, su dinero, su confianza, una oportunidad profesional, su conocimiento o en cualquiera de sus variables, su ayuda.
Mucha gente va por la vida pensando
que son dignos del favor de otros sin nada a cambio, y yo pienso que aún
cuando es cierto que al hacer algo por otros, no debes esperar grandes cosas,
lo que sí creo profundamente es que por lo menos mereces de esas personas, de
esas empresas, si es el caso, respeto y buena actitud.
Ser agradecido no te debe convertir
en alguien que todo el tiempo tenga que estar retribuyendo ese algo que te
brindaron, ni ser un fastidioso que en cada encuentro tengas que recordar con
palabras eso mismo. El solo hecho de abstenerse de hablar mal o de actuar mal, ya
en sí es una forma de agradecimiento, quizá la mejor manera de devolverle al
otro su esfuerzo o su intención.
Esto lo entienden las empresas que
con su cliente interno y externo, no se desperdician en simples frases o
mensajes tales como “gracias por confiar en nosotros” o “gracias por hacer
parte de nuestro equipo”, sino que trascienden a acciones reflejadas en prestar
un mejor servicio, en hacer las cosas bien, en facilitar la vida a esas
personas, en fin, en respetar y valorar a quienes han hecho posible que estén
en el lugar que actualmente ocupan. Es una forma mucho más clara del concepto
de gratitud.
Con las relaciones interpersonales
nada cambia. No se trata de estar llamando, de estar escribiendo, de estar
hablando, pues esto en muchos casos no es posible. Quizá ya no hayan vínculos,
quizá ya no haya manera de estar en continuo contacto, por la razón que sea, o
por qué no, a veces no hay cómo devolver un favor, pero siempre se podrá ser
grato si tienes presente que un silencio prudente, que una actitud considerada,
que el abstenerse de decir, pensar o hacer algo en contra de quien alguna vez
te dio su mano o hizo algo por ti, debe llevarte a pensar que si tu retentiva
no te alcanza para recordar eso, el corazón sí que tiene memoria o debería
tenerla.
Hasta la próxima.
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